lunes, 28 de septiembre de 2015

Resultados de un curso

Dice un gran amigo mío que este no es un país que acepte de buen grado la formación. Como que nos empeñamos en pensar que ya hemos nacido con todo el conocimiento necesario para cualquier actividad que vayamos a aprender. Esta teoría, que sustituye la educación por las gónadas masculinas, se suele encontrar de frente con la práctica, como pudimos demostrar el día 20 a los cinco valientes que cambiaron la ración de tiros semanales por una tranquila mañana de curso. 

En mi propio camino por el proceloso mundo del Airsoft (perdón, es que acabo de comer y estoy poético), he procurado asistir a cuantos cursos he podido y mi intención es seguir haciéndolo; he recibido cursitos de todo aquel que ha querido dármelos. Pienso que la experiencia de otros bien me puede servir a mí, por lo que intento aprovechar lo que me cuentan y aplicar lo que puedo para mejorar mi juego. Tengo que decir que, llevándolo a la práctica y repitiendo las enseñanzas, mi juego ha mejorado notablemente: he pasado de ser un desastre a hacerlo regular. 

Pues bien, armado con el convencimiento de que estos cursos sí son útiles para un airsofter y animado por Marcos y Pedro (Matadero, Indoor Villaviciosa, Alovera), engañé un poco al gran amigo que mencionaba al principio y a la mejor jugadora de la zona centro y tomamos de la mano a nuestros alumnos en el, sí, proceloso, curso. 


Punto de partida

El Indoor es un sitio estupendo para hacer cursos. Eso lo aprendí de ACTV cuando en una ocasión él me dio un curso a mí. Resulta que las bolas no se ven. Y dos de los alumnos no entendían por qué no podían darle a la cabeza de un maniquí a 15 metros. Ah, que hay que regular el hop. Ah, que hay que colimar las miras. Ah, que hay que apuntar. 

Una hora después, sabían darle al mismo objetivo a quince y veinte metros, avanzando, retrocediendo, caminando de lado y bajo estrés. No te equivoques -proceloso- lector. El mérito es suyo por esforzarse en aprender, no de los profes. 

Antes de empezar, los alumnos tenían la intención de cargar, amunicionar y probar sus réplicas a la ligera. ¡Casi cargan las armas antes de entrar en la zona de juego! Igual no te parece grave, pero lo es. 

A las doce del mediodía, todos sacábamos los cargadores de primaria y secundaria, vaciábamos recámaras y poníamos el seguro antes de pasar a la zona de equipamiento. Por no hablar de gafas o bozales. 

Sí, por si te come la curiosidad por las patillas, sí que enseñamos cosas. Hay un montón de cosas que se pueden aprender en un curso, pero nos centramos en lo más necesario para los alumnos presentes. Seguridad, educación y aprender a disparar. 

Sé que con uno de los presentes, la formación no termina en ese curso. Es un novato de nuestro equipo y para abandonar esa cómoda condición, exigimos bastante en lo que a juego se refiere y mucho más en lo que a educación, reglas, cortesía y, sobre todo, majismerismo. Pero no me preocupa. Sé que quiere aprender y él sabe que nos tiene a nosotros para todo lo que podamos ayudarle. Lo que me preocupa es... El resto de jugadores. 

Los que no quieren ir a cursos. Los que no necesitan seguir las reglas que se dan en un campo. Los que piensan que no necesitan aprender a disparar y luego gritan "¡Inmortal!" En los campos, los que tienen oportunidad de mejorar pero no quieren. 

Para muestra, un botón: el curso era gratis. Es decir, lo normal en este tipo de casos, lo que me ha pasado a mí y he visto muchas veces es que el campo cobra su entrada y luego el instructor quiere también cobrar algo, porque no forma parte de la plantilla del campo. Así, yo he pagado gustosamente cincuenta euros por un curso, treinta y cinco, veinte... Bueno, pues un curso útil, ameno, bajo demanda, gratis... Y le interesa a una minoría. 

No, no se trata de que mis compañeros o yo seamos el Capitán Price, y que sea algo irrepetible y que me queje amargamente de lo injusta que es la vida conmigo (y con mi bolsillo), no es eso. Se trata de que, o bien no sabemos publicitarlo, dotar valor, inculcar que es necesario, etcétera; o bien no es interesante para el jugador aprender a jugar. 

Y no, no me vale el argumento de que ya aprenderás a base de jugar o de que el jugador nóvel ya aprenderá a base de imitar a los veteranos. Así lo único que se consigue es fijar malos hábitos o aprender trucos. No dudo de que haya buenos jugadores que enseñen a sus amigos, pero, si no eres capaz de darle a un torso a quince metros en el Indoor de un solo tiro ¿Cómo vas a enseñarle a otro a hacerlo? Si tú no respetas todas las reglas ¿Por qué le exiges a un novato que lo haga? 

En fin, espero que la falta de interés por los cursos sea cuestión de poca habilidad a la hora de presentarlos, porque la falta de interés nos hará mucho daño a todos.

Os veo en el siguiente curso. ¿Verdad? xD

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